El Pacto Educativo Global es promovido por el Papa Francisco para construir el futuro del planeta. Con él se pretende reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión.
Se trata de construir una «aldea de la educación» donde se comparta en la diversidad el compromiso por generar una red de relaciones humanas y abiertas, donde la educación sea portadora de una alianza entre todos los componentes de la persona: entre el estudio y la vida; entre las generaciones; entre los docentes, los estudiantes, las familias y la sociedad civil con sus expresiones intelectuales, científicas, artísticas, deportivas, políticas, económicas y solidarias”.
El Pacto Educativo Global invita a colocar a la persona en el centro, a formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad y trabajen al lado de los más necesitados. Uniendo los esfuerzos de todos quienes nos dedicamos al quehacer educativo podremos conseguir otros modos de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso.
COMO COMPAÑÍA ESTAMOS CON EL PACTO EDUCATIVO GLOBAL desde nuestras más originarias convicciones expresadas en el Proyecto Educativo, en el modelo de Evangelización UNITAS y en el modelo Pedagógico SIGNA.
Evangelizar educando nace de nuestra mirada comprometida con la realidad con el contexto y con la realidad de cada persona. Personalizar es el camino para transformar familias y localidades.
Como Compañía de María, unimos nuestras fuerzas en este pacto por una educación integral que impacte en la transformación y mejora de la realidad, porque contribuimos al bien público desde nuestros orígenes, educando en la fe que da frutos de justicia.
Para un cambio global, nos unimos por una educación siempre nueva y transformadora. ¡Estamos con el Pacto Educativo Global!
Desde una visión global de todo el proceso recorrido y desde sus orígenes, este proyecto nació conectado con el TODO, es decir, con el Evangelio de Jesús, con la historia de la humanidad, con sus luces y sus sombras, con el Proyecto Educativo Compañía de María, con el hoy histórico que vivimos planetariamente y con la necesidad urgente de colaborar en la cultura del encuentro y el diálogo…
El viaje está iniciado hace tiempo, fue allá por los años 2011-2012, no hay precisión en las crónicas, fue entonces, el inicio del proceso de investigar y desarrollar para innovar una propuesta ideológica y pedagógica con el fin de co-participar con otras muchas personas en el compromiso de transformación social y que éste formara parte de nuestras identidades más compartidas y cordiales.
Se han iniciado procesos formativos, educadores y educadoras de la Compañía de María que están ya liderando este cambio que queremos vivir. No es fácil entender este mundo cosmopolita y global y mucho menos, humanizarlo. Dotándonos de herramientas metodológicas y de esta Visión del Proyecto y del Mundo, de un modelo concreto y conciso de convivencia y de desarrollo humano y sostenible, estamos poniendo las piedras sobre unos fundamentos que nos preceden y que nos lanzan, en responsabilidad con nuestros coetáneos y con las futuras generaciones, a hacer todo lo que esté en nuestras manos, en todas las manos, de esta MUNDO, a SER CASA COMÚN, tal y como nos señala el Papa Francisco.
Estamos inmersos en un cambio de época. Estas palabras que venimos repitiendo desde hace años, las vivimos cada vez más como una realidad en las diferentes dimensiones de la vida y como un desafío en nuestra manera de educar. El cambio siempre nos desestabiliza pero, a la vez, nos pone en movimiento, nos saca de nuestra zona de confort y nos lanza hacia adelante en la búsqueda de respuestas adecuadas que respondan al momento histórico.
El Modelo de Evangelización Unitas, retoma y explicita en este hoy la manera propia, como Compañía de María, de vivir y comunicar la Buena Noticia de Jesús.
Nuestro mundo necesita esta Buena Noticia, queremos formar ciudadanos con identidad cosmopolita global que puedan abordar los retos también globales que se nos presentan: las crisis migratorias, la crisis ecológica, la crisis religiosa y de los valores, la indiferencia, la pobreza, la violencia, la guerra… Y abordarlos desde la certeza de que Dios está en nosotros y con nosotros, camina y trabaja a nuestro lado, desde dentro de la realidad, para hacer posible una tierra nueva.
Evangelizar, acompañar a cada persona a descubrir la llama que está en su corazón, la que nos ilumina por dentro y nos ayuda a poner luz en las sombras, es una misión tan grande como apasionante. Es la misión a la que el Señor nos llama y nos envía, y la que acogemos con humildad, sabiendo que Él es nuestra fortaleza.
Caminamos en Compañía, como comunidades educativas, ayudándonos a crecer en la fe y en esa esperanza evangélica que ensancha nuestras miras y “eleva el espíritu hacia cosas grandes: la verdad, la bondad, la belleza, la justicia, el amor…”
Donde hay proyecto hay sentido y donde hay proyecto con sentido hay futuro. Las Instituciones Compañía de María cuentan con un Proyecto que ha pasado la prueba del tiempo, más de cuatrocientos años, ha sabido dialogar con los distintos momentos históricos y con diferentes culturas. El sentido es educar y, en palabras de Juana de Lestonnac, “hacerlo cada vez mejor”. Este es el motivo por el que se explicita en este hoy el Modelo Pedagógico Compañía de María.
El Modelo, lleva en sus genes la experiencia acumulada y, sin perder su esencia, acoge con novedad aportaciones que le enriquecen para afrontar los desafíos que las sociedades y el mundo nos presentan. Como no podía ser de otra manera, pone a la persona en el centro del proceso de aprendizaje y enseñanza. Apuesta por la Educación Personalizada, un enfoque capaz de ensanchar deseos, abrir el horizonte de expectativas, aportar la energía necesaria para ir siempre más allá… que posibilita la formación de identidades sanas y sólidas, capaces de crear vínculos con los demás y con todo lo creado, y de incidir en la realidad mejorándola.