Dentro de pocos días, como personas creyentes, daremos gracias a la Ruah por el soplo de vida que nos regala cada día. Y a la vez, nos uniremos con muchas otras personas para pedir nuevamente su venida.
Como Compañía de María, reconociendo que nos habita y nos acompaña, queremos esperarlo juntos, preparándonos con un triduo: Comunidades religiosas, Red Laical, Educadores de Colegios y Obras Sociales, padres, alumnos, familiares, amigos… ¡Una red clamando que el Espíritu venga y nos llene de su fuego!
Para esto, les enviamos una invitación y el triduo que nos une para agradecer, pedir y celebrar.
Día 1
Oración Inicial:
Ven Espíritu Santo, te imploramos que pongas tu mirada compasiva sobre los más vulnerables, aquellos cuyos sufrimientos son agobiantes y cuyas esperanzas se han desvanecido en la oscuridad de la desigualdad. Extiende tus brazos de consuelo y bendición sobre ellos, levantando su carga y llenando sus corazones de renovada esperanza y dignidad.
Cita bíblica:
Isaías 61:1: “El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros.”
Intención
Ven Espíritu Santo, te pedimos que consueles y fortalezcas a los que sufren, a quienes experimentan la injusticia y la desesperanza. Brindales alivio en medio de sus dificultades y dales la fuerza para perseverar en la adversidad.
Canción:
¿Quién es el que vieron pasar? Cristobal Fones, S.J.
Día 2
Oración Inicial:
Ven Espíritu Santo, te pedimos por las familias que llevan pesares, preocupaciones e inquietudes en sus corazones. Envía tu cercanía, tu ternura, consuelo y sanación a cada uno de ellos, brindando esperanza y fortaleza en medio de sus vidas y tareas cotidianas. Que tu amor restaurador fluya en cada hogar, fortaleciendo los lazos que los unen, transformando el dolor en paz y las heridas en un abrazo de perdón.
Cita bíblica:
“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana” – Mateo 11:28-30
Intención:
Ven, Espíritu Santo, te pedimos por los enfermos, que tu consuelo inunde sus vidas en momentos de dolor y debilidad. Que tu presencia les brinde paz interior, fortaleza y esperanza, para que puedan encontrar consuelo en medio de sus aflicciones. Infunde tu poder sanador y restaurador en sus vidas, y permíteles experimentar tu amor y cuidado en cada instante.
Canción:
A dónde iré – H. Marcela Bonafede, ODN:
Día 3
Oración Inicial:
Espíritu Santo, te rogamos que desciendas sobre aquellos que están buscando tu querer sobre sus vidas. Ilumina sus mentes y corazones con tu sabiduría y guía sus pasos hacia tu voluntad. Fortalécelos en su fe, infunde en ellos el amor y el deseo de seguir a Jesús en una vida de servicio a sus hermanos. Inspírales valentía para responder generosamente a tu llamado y capacítalos con los dones necesarios para cumplir con su misión de llevar el mensaje de salvación al mundo.
Cita bíblica:
“Jesús iba caminando por la orilla del Lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: uno era Simón, también llamado Pedro, y el otro Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red al agua. Jesús les dijo: —Síganme, y yo los haré pescadores de hombres. Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.” Mateo 4:18-20.
Intención:
Ven, Espíritu Santo, te pedimos por las vocaciones religiosas y laicales, ilumina y fortalece a los que sienten el llamado de seguir a Jesús, de entregarse generosamente al servicio de los demás, de construir y habitar un mundo más humano. Concédeles discernimiento claro, valentía para responder y la gracia de vivir con alegría y fidelidad su vocación, siendo testigos vivos de tu amor y misericordia en el mundo.
Canción:
Una llama que es llamada – H. Marcela Bonafede, ODN
¡Ven Espíritu Santo!, llénanos con tu gracia
enciende en nosotros la llama, que no se apague en el ocaso.
En tiempos de oscuridad, donde el mundo se pierde en el desencanto,
tendamos la mano con amor, y sean envueltos en cálidos abrazos.
En las calles abandonadas, donde el dolor no cesa,
que tu espíritu nos guíe, y la esperanza florezca sin reserva.
La luz brilla en los más humildes, en sus ojos vemos la verdad,
en los más vulnerables, su dignidad no podemos ignorar.
¡Ven Espíritu Santo!, conviértenos según tu parecer, que no se apague la llama de justicia, y en cada corazón renazca la compasión sin fin.
Que cada latido de corazón sea un eco de bondad,
y en nuestra entrega sincera se refleje la compasión sin finalidad.
¡Ven Espíritu Santo!, ilumina nuestro camino con tu luz, que la llama que arde en nuestro pecho nos impulse a construir un mundo mejor, sin excusas.
No dejemos que se apague la llama, de solidaridad y entrega sincera,
porque en Jesús encontramos la esencia más verdadera.