No sé si esta poesía de Juana Gonzalo Rose, poeta peruano, y que les voy a leer a continuación, quiere decir exactamente lo que percibo a través de ella y me expresa del todo, en esta antesala de presentación del Proyecto-Libro: “Identidad Cosmopolita Global: Un nuevo paradigma educativo-social para un mundo nuevo”.
Yo me interrogo ahora
¿por qué no he amado sólo
las rosas repentinas,
las mareas de junio,
las lunas sobre el mar?
¿Por qué he debido amar
la rosa y la justicia
el mar y la justicia,
la justicia y la luz? …
Mas una tarde, hermana,
te han de herir en la calle
los juguetes ajenos;
la risa de los pobres
ceñirá tu cintura
y andando de puntillas
llegará tu perdón.
Cuando esa hora suene
es que amarás las rosas,
las mareas de junio,
el jardín de diciembre
donde los niños van;
es que amarás mis sueños
y mis cosas.
¡Sabrás por qué se rompe
fácilmente
por la mitad el pan!
Si esta hermana de la que habla la poesía, fuéramos cada una de las personas aquí presentes, se nos augura y comparte una convicción, que no es otra, que cuando entramos en terrenos de la vulnerabilidad humana y social, dejando zonas de confort, a un lado, no nos será posible sólo amar la rosa, o la marea o las lunas… porque habremos entrado o habremos dejado las puertas abiertas, para transitar y amar la utopía de ser hombres y mujeres nuevos para un mundo nuevo, dejándonos herir por la sonrisa y los sueños de los pobres.
Misión, Visión y Valores de la Competencia Identidad Cosmopolita Global
Empecemos por la Visión.
¿De qué más forma parte este Proyecto? o mejor dicho, ¿de dónde surge este Proyecto?
Desde una visión global de todo el proceso recorrido y desde sus orígenes, este proyecto nació conectado con el TODO, es decir, con el Evangelio de Jesús, con la historia de la humanidad, con sus luces y sus sombras, con el Proyecto Educativo Compañía de María, con el hoy histórico que vivimos planetariamente y con la necesidad urgente de colaborar en la cultura del encuentro y el diálogo…
El viaje está iniciado hace tiempo, fue allá por los años 2011-2012, no hay precisión en las crónicas, fue entonces, el inicio del proceso de investigar y desarrollar para innovar una propuesta ideológica y pedagógica con el fin de co-participar con otras muchas personas en el compromiso de transformación social y que éste formara parte de nuestras identidades más compartidas y cordiales.
Se han iniciado procesos formativos, educadores y educadoras de la Compañía de María que están ya liderando este cambio que queremos vivir. No es fácil entender este mundo cosmopolita y global y mucho menos, humanizarlo. Dotándonos de herramientas metodológicas y de esta Visión del Proyecto y del Mundo, de un modelo concreto y conciso de convivencia y de desarrollo humano y sostenible, estamos poniendo las piedras sobre unos fundamentos que nos preceden y que nos lanzan, en responsabilidad con nuestros coetáneos y con las futuras generaciones, a hacer todo lo que esté en nuestras manos, en todas las manos, de esta MUNDO, a SER CASA COMÚN, tal y como nos señala el Papa Francisco.
Esta Visión nos genera sentido y empeño en trabajar sobre la línea de vida de cada uno de los presentes, de cada uno de nuestros alumn@s …, preguntándonos por lo que somos en cada actividad, en cada valor, en cada actitud, que pretenda acercarnos a los demás desde los procesos de identificación como seres humanos, como hermanos y hermanas. Crecer hacia atrás para que podamos crecer hacia adelante en los proyectos de vida compartidos. ¿De qué más forma parte este viaje?
Seguimos con la MISIÓN-IDENTIDAD.
¿De qué educación estamos hablando? Aquí no ahondo, pues es hablar de un Carisma que nació fruto de la atención de una mujer, santa Juana de Lestonnac, puesta en la realidad y en todo aquello que hablaba de exclusión y descartes, principalmente de las mujeres… sería largo e inabarcable en estos momentos.
¿Para qué mundo? Hoy en día no hay fronteras geográficas, lo que existen son las fronteras de Derechos Humanos: un tercio de la humanidad vive en la titularidad de Derechos Humanos (no tiene que ver con un país concreto), crea riqueza y expulsa personas, es el tercio de la humanidad que consume y produce; otro tercio de la humanidad, produce pero no consume, es la mano de obra, la materia prima, repito no tiene que ver con un país concreto y otro tercio, ni produce ni consume… vivimos en el mismo planeta pero no con los mismos derechos humanos.
Entender este mundo no es fácil, lo decíamos antes, pero este viaje iniciado a través de este Proyecto, quizás nos ayude a dotarnos de sabiduría y de miradas globales-cosmopolitas que pasen a formar parte de los genes de los que nos asomemos a él y sepamos contagiar esta MISIÓN-IDENTIDAD.
Es urgente que soltemos nuestras sensaciones de invulnerabilidad, los que estamos al menos en el primer tercio mencionado, y sintamos lo que es la vulnerabilidad; esto será posible si vivimos la diversidad como una condición que nos posibilite romper con pensamientos y actitudes monolíticas y dejemos que dichas diversidades pasen a formar parte de una nueva identidad, formen parte de este cambio que queremos vivir.
Quizás la poesía de Juan Gonzalo Rose nos habla de un más que necesario viaje a los bordes del mundo, para poder amar la rosa y la justicia, el mar y la justicia, la justicia y la luz.
Termino con tres VALORES muy potentes.
1.- justicia: no todos somos iguales, ¿qué queremos decir con esta expresión?
Unas veces me coloco más arriba porque sé más y otras, más abajo, porque sé menos. Nos colocamos constantemente en binomios de desigualdad. Las experiencias que nos pueden posibilitar el desarrollo de este Proyecto nos colocan no desde la competitividad, sino desde la competencia de la vulnerabilidad, de ponernos constantemente en situaciones de desequilibrio, trabajándonos desde unos paradigmas que están diseñando ya, una nueva ciudadanía en este siglo XXI.
2.-solidaridad: entendido este valor como la sana preocupación por gentes y escenarios que no conocemos, durante mucho tiempo. Se trata de ampliar el escenario a cosas que van más allá de la cotidianidad. La transformación social pasa por pensar en procesos más largos, ampliando espacios y tiempos…
3.- esperanza, es clave. Nos posibilita tener una visión de las posibilidades de cambio. Sabiendo que las gentes en los bordes del mundo tienen y viven posibilidades, el tercer tercio mencionado.
Todas las causas son nuestras causas, apoyémonos para ser más fluctuantes y líquidos y así vivir más conectados, desarrollando sobre todo proyectos comunitarios, buscando el mayor bien común.
El objetivo estratégico del este proyecto lo podríamos formular de esta manera: “Vivir el cambio que queremos ver en el mundo”
Y ya sí, doy paso a Luis Aranguren Gonzalo, pero antes unas breve reseña de quién es.
Unas palabras sobre Luis Aranguren Gonzalo
- Recorrido: su trayectoria profesional siempre ha estado ligada al mundo de la educación, de la acción social y de la creación de pensamiento crítico. Tanto como profesor de aula en instituto público, en Cáritas Española y en la dirección editorial de PPC ha intentado promover una suerte de síntesis entre pensamiento y acción, con una sensibilidad especial hacia el afrontamiento de las cuestiones éticas y pedagógicas.
- Aportación principal: En todos sus trabajos he podido aportar creatividad pedagógica, trabajo en equipo, cultivo de pensamiento crítico desde la experiencia y orientación ética de la acción educativa. Su producción intelectual en libros y artículos ha estado ligada a su experiencia profesional cuyo hilo conductor es la pasión educativa.
- Actualmente: su objetivo profesional es aportar experiencia y responsabilidad en el campo socio-educativo, impulsando los valores que sedimentan un tipo de persona comprometida con la realidad en la que vive y con confianza en las posibilidades del ser humano.
Para terminar, después de la exposición de Luis Aranguren y preguntas-comentarios de la asamblea:
“Tienes un ojo en el microscopio y otro ojo en el telescopio”, relataba entre risas Galeano en una vieja entrevista. Admitía sentirse representado por esta descripción, con la que un periodista le había retratado. “Por lo menos refleja muy bien mis intenciones”, corrió a aclarar su humildad.
Eso intentaba: “Ser capaz de mirar lo que no se mira, pero que merece ser mirado. Las historias de la gente anónima, que los intelectuales suelen despreciar. Ese micro-mundo que alienta la grandeza del universo. Y, al mismo tiempo, ser capaz de contemplar el universo desde el ojo de la cerradura. De las cosas chiquitas a asomarme a los grandes misterios de la vida, de la humana persistencia de pelear por un mundo que sea la casa de muchos; y no, la casa de poquitos y el infierno de la mayoría”, aclaró el maestro.