
Esperanza evangélica
que brota del encuentro en profundidad con el “Dios con nosotros”, que también en este tiempo de incertidumbre habita la realidad, nos sostiene y acompaña.

Relaciones de cuidado
de reverencia ante la vida, en la que todo y todos estamos conectados. Llamadas y llamados a protegerla, custodiarla, y a vivir en comunión entre nosotras, con las personas que hacemos camino y con todo lo creado.

Escucha paciente y lúcida a la realidad
a través de fuentes fiables, contrastadas, que nos posibilite entender y analizar este momento de la historia y descubrir el paso de Dios en ella.

Discernimiento
que nos posibilite entrever por dónde sopla el Espíritu: acoger, hacer nuestros, visibilizar, potenciar… los signos de su presencia que están surgiendo y que hacen posible una humanidad y una tierra nueva.

Flexibilidad y apertura
para dejarnos contrastar en planteamientos, actitudes, formas de hacer… y para no cerrarnos a la novedad que la vida nos vaya presentando y hacer los ajustes y cambios que sean necesarios.

Responsabilidad con los bienes
buscando con las personas y en los ámbitos que corresponda -comunidades, obras apostólicas, Provincia…- la manera de afrontar económicamente este momento de crisis en el que nuestros recursos, como Compañía Universal, se ven afectados.

Solidaridad real con los empobrecidos
junto a otras instituciones y grupos, creando redes… de manera que la incidencia pueda ser mayor, sostenida en el tiempo y transformadora de la realidad.

Respuestas al hoy con mirada de futuro
con el deseo de seguir apostando por la vida y la misión apostólica de la Compañía, por su permanencia en el tiempo y en diferentes realidades y contextos, como un don para la Iglesia y para el mundo.

Búsqueda de nuevas formas de educar que lleguen a todos
a través de un trabajo de apoyo entre las instituciones educativas, para responder a los cambios que, desde la tecnología, ya se están dando en la educación y para buscar respuestas a la brecha digital tan acentuada en este momento. También para buscar juntos el tipo de educación que ha de responder al mundo que queremos ayudar a construir.

Acompañamiento a los jóvenes
en la búsqueda de su proyecto de vida y en el descubrimiento y encuentro con un Dios que es fuente de sentido; una misión que realizamos con otras congregaciones en una Iglesia comunión.